Hoy celebramos muchos años ensayando la mirada frente a las
vísperas,
al resplandor de más arriba.
Te encontré en las ruinas del suburbio feo sin ninguna intención,
sin querer nos acumulamos en los rincones de un cuarto para ver pasar.
Ya somos grandes.
Me miro las palabras y les siento tu caminata sonámbula con
papagayos.
Despreocupada trazaste hélices,
bocetos coloridos del futuro.
Ahora me gustan los dibujos y las rayas imprecisas que ornamentan
las paredes.
Te he puesto encima trastos, fierros, artefactos.
Yo más oscuro que ahora te he tapado con una carpa de circo, te he
construido una envoltura.
No han servido de mucho mis parapetos.
Erguida, liviana y serena, sigues atenta a los rayos de luz
a la claridad.
Ya todo tu cuerpo es de girasol.
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